Tócame un poco.
No muerdo. No me defiendo ni huyo.
No te tocaré a cambio.
No te seduciré a cambio.
Tócame un poco. Solo un poco.
No te pido que me acaricies.
Nada a cambio.
Solo un poco. Tócame.
Quiero salir de la duda.
Por si es verdad.
Que no soy ni existo.
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San Sin Son
Sin palabras. Solo colores. Solo calores, los de las sonrisas.
Sin miedos. Sin medios, los de las risas.
Sin desánimo. Eso da ánimo.
Sin sentido del ridi ni del culo.
Sin Sin Nati. No conozco a ninguna Nati (curioso, ¿no? No).
Sin tiempo para pensar en el tiempo, que se me va Sin pensar.
¿No era «sin» pecado en inglés?
Bueno. No sé pecar, así que no importa.
Lo importante es lo portante, y yo solo sé portar una cosa: mi son risa.
Misión Risa.
Mi son: la risa.
(Nota: A veces entristezco, por falta de energía interna para sonreír, o para reír, pero intento que se me pase pronto, aunque me pongo muy serio para lograrlo.)
Lo de Archimaldito venía al lado de la fechadecaducidad. Pero esa es otra historia.
#archimaldito

No
No soy queer, no soy gay, no soy bisexual, no soy heterosexual.
Soy humano.
No me clasifiques en nada. No me juzgues. No me ignores.
Mis actos y mis pensamientos me hacen grande.
Vuestros actos y vuestros pensamientos os hacen grandes.
Muchapepper, con la genialidad de Patax y mi adorada Pepper Solana ponen voz a lo que muchos deseamos: el fin de los prejuicios.
#diversidad #pluralidad #libertad #noalosprejuicios
Marciana
Tenían que poner a punto los sistemas de oxigenación a partir de piezas que habían estado llegando en las sondas meses atrás.
Con poco tiempo para comer y dormir, los trabajos avanzaban y se cumplían los plazos planeados por la Central. Pero no se acostumbraban a la nueva noción del tiempo, tan distinta.
Desde que llegaron, tenían en mente que habían venido al nuevo mundo para dejar atrás los errores que se habían cometido en el planeta madre, La Tierra.
Y una mañana de invierno sin nieve, se reunieron todos en la base-muelle y la Comandante les recordó que aquel día fue un día especial en el punto azul que veían en el horizonte. Y alguien rompió a cantar un viejo villancico, y otros empezaron a bailar, torpemente, todo lo que les permitían sus escafandras de aislamiento.
La Navidad en Marte. No era mala idea.
Kitai
3 de noviembre de 2017.
Así comenzó el primer concierto de la Gira Pirómanos de @kitai_oficial .
Fecha histórica para todos los fans.
Algunos saben que me estrené en Instagram para rendir homenaje a esta banda de rock, creando una cuenta llamada @archifandekitai , porque lo que presencié aquel memorable 3 de noviembre marcó parte de mi historia reciente, por todo lo que supuso de confirmación de lo que había estado vaticinando en años anteriores y lo que el devenir de mi relación con ellos me ha fraguado interiormente.
Aquel 3 de noviembre de hace 4 años Kitai entró a formar parte mi historia personal y artística.
¡A por muchos años más, hermanitos!
Con todo mi cariño para Alex @chicorot0, Deiv @deivhook , Edu @eduventuro
y Fab @fabioyanes.
Puedes ver el vídeo completo en mi canal de YouTube Archifan de Kitai, creado también exclusivamente para ellos.
#girapiromanos #presentaciónpirómanos #kitai #kitaienconcierto #kitaiendirecto #familiakitai #archifandekitai #archimalditofandekitai #familiakitai
Visible
Había llegado demasiado lejos.
Sin pensar en los límites, había vuelto a contradecir todas las leyes físicas conocidas, para salirse con la suya, con el riesgo inherente a su ímpetu revolucionario.
Paso a paso, errando para avanzar, sobreponiéndose siempre a las críticas de sus colaboradores y allegados, quedándose, al final del proceso, solo, sin nadie que celebrara su triunfo.
Y para preservar su legado había grabado cientos de horas de vídeo, atestiguando sus avances, hasta dejar de ser visible y que solo quedara registrada su entusiasta voz.
Y los miles de procesos espaciotemporales rebasaban las capacidades de los más potentes ordenadores, dejándolos inservibles, sin opción de poder replicar sus hallazgos en el futuro.
Ahora deambulaba sin destino, decidiendo quedarse mudo para siempre, para no trastocar el tejido social, para no asustar a las masas ni a los poderosos, para que siguiera todo igual.
Para que su invisibilidad fuera su inexistencia.

Desinflar
Es bueno inflarse para mantenerse vivo, tanto de mente como de espíritu o de alma, si es que los hay. Pero también es bueno soltar un poco de aire, de vez en cuando, para bajar al suelo y tocar tierra, la realidad, para que sepamos adaptarnos a ella, y así no solo vivir, sino sobrevivir.

Fundido en neg
Se puede decir aquello de «hasta luego» pero ¿y si es un adiós definitivo?
Total, ¿quién soy yo?
¿Quién creo ser?
Quizás una gota de nada.
Uno se cansa. No se deprime, pero se cansa.
Y lo intenta para nada.
Se puede decir aquello de «hasta luego» pero ¿y si es un adiós definitivo?
Y ahora, fundido en neg…

Érase una vez un ser extraño
Érase una vez un ser extraño.
Escuchaba sonidos que nadie escuchaba, veía otras realidades dentro del aparente orden de las cosas y luchaba incesantemente por la libertad y la justicia de los demás seres, los que se creían ser normales, o los que aportaban esperanza a sus semejantes.
Agazapado en la turba mediocre, intentaba no ser visto ni escuchado. Esperando su momento. Ese momento en la vida de los seres extraños en que, se decía, uno brilla más que la más resplandeciente estrella del firmamento.
Y mientras llegaba su catarsis, seguía intentando pasar desapercibido. Aunque otros como él ya se habían dado cuenta de su existencia.

Fetal
Cargó el cadáver sobre sus hombros y observó los rastros líquidos que luchaban por filtrarse en los recovecos del suelo empedrado.
La sustancia viscosa que supuraba de la piel atravesaba la armadura biosintética de su carga y estaba empezando a encharcar su traje de combate. Tuvo que asumirlo e intentó alargar el ritmo y la longitud de las zancadas, para que no le alcanzara la onda expansiva de la explosión del vehículo en el que su víctima había intentado aterrizar, antes de que su arma de largo alcance lo abatiera.
Pero su esfuerzo no sirvió para nada, pues cayó, junto con su carga, y esperó a que no se repitiera la detonación.
Había cerrado los ojos durante picosegundos y, cuando levantó los párpados, solo vio arena y unas briznas de lo que parecía hierba azul, habiéndose esfumado los restos del extraño.
Recuperó la compostura y notó que se habían secado las babas de lo que había creído un cadáver. Giró sobre su eje en trescientos sesenta grados y no escuchó ni vio nada, salvo la humareda del transporte estrellado.
Y cuando se dispuso a activar las videosferas para peinar, desde las alturas, el terreno, una voz sonó dentro de su cabeza en un idioma extraño que, sin embargo, entendió perfectamente y que le conminó a arrodillarse, a bajar la cabeza mirando al suelo, y a esperar.
Y allí, en medio de la nada, solo, sufriendo el cansancio de la postura y los angustiosos estertores, aguardó algún milagro que anulara su sed y hambre y que el frescor de la noche difuminara su sopor y evaporara los sudores que empañaban el visor de su casco.
No pudo aguantar así muchos ciclos bipolares y terminó rindiéndose, desesperado, doblado sobre sí mismo en posición fetal, sin poder abrir la visera de su casco, ante la certeza de que si lo hacía moriría ipso facto.
