Ayer, día 18 de febrero, acudí al penúltimo concierto final de Gira Pureza de Queralt Lahoz en Madrid (el último será el próximo día 25 de febrero en Barcelona).
Queralt es una cantante y compositora realmente espectacular. Pero ante todo es una Artista Total. Desde el flamenco a la salsa, pasando por el rap, el reguetón o los boleros, Queralt se mueve en todos los géneros musicales con suprema maestría. Acompañada por una banda de musicazos y con colaboraciones especiales de otros grandes artistas, debo confesar que me hizo sentir sensaciones que iban del lloro a la risa, desde el escalofrío de placer al movimiento continuo de todo mi cuerpo, en un vaivén continuo de sorpresas sensitivas provocadas por su maestría en el escenario y el virtuosismo vocal impactante.
Creo que todos los artistas queremos que nuestro público sea feliz con lo que hacemos y anoche, Queralt me transportó al Paraíso de la Felicidad. Nunca olvidaré lo que presencié y quiero que esta artistaza sea conocida mundialmente para gozo de todos. Ella se merece lo mejor.
Gracias, Queralt, por tanto Arte.
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Los mediocres
La mayoría de los artistas musicales, cantantes o instrumentistas, no son nada originales. Puedes escuchar, durante horas, listas de reproducción en Spotify o Tidal, o las recomendaciones de la radio, y solo unos pocos te llaman la atención.
Voces monótonas, instrumentaciones planas, deformaciones digitales de las voces, letras insulsas.
Miles y miles de músicos pasarán por la historia musical siendo nadie.
A veces creo que hay otros que tienen reconocimiento de las masas que no se merecen pero que triunfan por el lavado de coco que supone el machaqueo continuo de los difusores de cultura. Y claro está, porque tienen dinero, o padrinos poderosos o mucha, pero que mucha suerte por estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.
Y luego están los genios que nunca serán escuchados globalmente, con pocos oyentes mensuales en las plataformas musicales, con nula difusión de su arte en los medios de comunicación, pero que se merecen mi respeto, mi cariño y mi apoyo, y mi esperanza en que triunfarán como se merecen.

Kitai
3 de noviembre de 2017.
Así comenzó el primer concierto de la Gira Pirómanos de @kitai_oficial .
Fecha histórica para todos los fans.
Algunos saben que me estrené en Instagram para rendir homenaje a esta banda de rock, creando una cuenta llamada @archifandekitai , porque lo que presencié aquel memorable 3 de noviembre marcó parte de mi historia reciente, por todo lo que supuso de confirmación de lo que había estado vaticinando en años anteriores y lo que el devenir de mi relación con ellos me ha fraguado interiormente.
Aquel 3 de noviembre de hace 4 años Kitai entró a formar parte mi historia personal y artística.
¡A por muchos años más, hermanitos!
Con todo mi cariño para Alex @chicorot0, Deiv @deivhook , Edu @eduventuro
y Fab @fabioyanes.
Puedes ver el vídeo completo en mi canal de YouTube Archifan de Kitai, creado también exclusivamente para ellos.
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Hace cuatro años yo era un completo desconocido
Hace cuatro años yo era un completo desconocido para los artistas con los que comparto cartel el sábado, día 14 de noviembre de 2020 (dejadme que lo especifique tanto porque para mí es una fecha a recordar para siempre).
Hace cuatro años era un completo desconocido en la escena artística y/o literaria madrileña.
Hace cuatro años era un completo desconocido para mí, no porque no me conociera a mí mismo, sino porque hasta hace cuatro años no había descubierto que seguía viva, dentro de mí, la llama del artista que se había encendido cuando era niño y adolescente.
No he tenido el gusto de coincidir con algunos de los que estaré en este evento, pero dejadme que haga un breve ejercicio de memoria con los que sí he tenido el placer de cruzar caminos.
Rebeca fue la primera. Recuerdo el Micrófono abierto de la Sala Alive, a la que solía acudir para descubrir nuevos talentos y subirme a su escenario con mis amigos de Lakedada o con los Dirty Bones o el gran Dakil. Recuerdo quedarme maravillado por su talento y haberme acercado, tímidamente, para decirle que iba, que va, a llegar muy lejos. Rebeca Soul con su sonrisa eterna y sus inmensas ganas de comerse el mundo.
Por orden cronológico, debo decir que el siguiente fue Miguel Angel Delgado, que ante mi entusiasmo después de su actuación en la misma sala, me regaló su disco de presentación y, pasado el tiempo, volví a coincidir con él este año en el Micrófono Abierto de Calvario.
Aleatorio ha sido mi hogar literario, y espero pueda seguir siéndolo, y en él descubrí, en la famosa jam poética de los miércoles al irreverentemente genial Jorge Valverde y al, entonces para mí, tímido, Joako Perroverde. Muchas noches de poesía y narrativa, la que yo compartía en la minijam de microficción de los martes, bañada siempre de la sonrisa cálida e inolvidable de Escandar Algeet y la personalidad contundente de Carlos Salem. Después coincidiríamos en la sala hermana de Aleatorio, Alevosía, de la que tengo tan buenos recuerdos y que me llevará a contaros que en Aleatorio escuché a Miriam Martins y en Alevosía empecé a conocerla. La sinceridad de su mirada y sus carcajadas me animaban después de un duro y deprimente día de trabajo. Pero allí estaba ella, para curarme del desasosiego.
Ella y la persona que me impulsó a salir del bucle infinito de la rutina artística y creativa: Alfonso Gardi.
Alfonso me dio la oportunidad de crearme a mí mismo, dejando de lado los pensamientos negativos que me traían el ego y la inseguridad, tanto así que, cuando aún dudaba de mi propia capacidad para solventar la lucha entre mi libertad artística y mi miedo al fracaso, le pedí, en un momento dado, que si consideraba que yo no era artista merecedor de subirme al escenario, no tendría problema en aceptarlo y seguir con mis sueños enfrentándome a la realidad tomando otros caminos. Se sumaba el hándicap de que yo, al no saber tocar ningún instrumento, era el único que cantaba a capela. Y él me contestó (nunca se me borrará de la memoria la imagen de su cara y su sonrisa al decírmelo): “Eso jamás ocurrirá”.
Alfonso me abrieron una puerta, cuyo umbral nunca me atreví a pasar antes, y un mundo de nuevas posibilidades creativas, que yo ya había llevado hacía años en mis vídeos en YouTube y Vine, pero que nunca se habían materializado en el mundo real.
En Alevosía he descubierto a grandes artistas, como Kinfolks, con su destreza y virtuosismo musical, y a Gabriel Vidanauta, con ese humor tan tierno y esa presencia arrolladora.
¿Quién me iba a decir a mí, que tras el Primer Confinamiento, iría por primera vez a Calvario y allí me presentarían en mis actuaciones, Roura y Gabriel, alternándose junto con Miriam?
Todos en una. En una sala donde me he reunido con los amigos virtuales que hice en su micro abierto online por Instagram, donde pude degustar talentos y personalidades creativas tan arrolladoras como el propio Roura, Gabriel, Reich y Max Capiro.
El respeto mutuo, el no enjuiciamiento y la falta absoluta de miedo al qué dirán, me ha hecho , y está haciendo ser feliz, en Calvario y en Búho Real.
Y como esto va en orden cronológico, recuerdo la pregunta: ¿Y tú quién eres? Y la respuesta: Archimadito. ¿Y ése quién es? Y me quedé callado.
Momentos así son los que espero a veces. Porque me reafirman en mi falta de egocentrismo (aunque no lo parezca). Si te preguntas con quién tuve esa conversación y que ahora es un referente en lo que a libertad artística se refiere, él es el único e irrepetible Myjazz.
Y ahora yo… yo en un cartel…. En un escenario… ¡con ellos!
¡Felicidad absoluta!
Gracias a Reich y a Max Capiro por la oportunidad de, como me presentó Max un día, hacer lo que me da la gana.
Esfuerzo
Dentro de aquellas zapatillas, los pies esforzándose por lograr el equilibrio perfecto, el paso perfecto, la vida perfecta.
Cada día
Cada día se sentaba en la misma esquina de la plaza, para intentar retratar pedacitos de vidas que pasaban ante él. Y cuando no conseguía plasmar nada en su lienzo, no se deprimía, ni se desesperaba ni se censuraba, sino que recogía sus bártulos y sonreía, pensando que lo lograría al día siguiente, cuando la luz, el aire y sus lápices y pinceles estuvieran en la sintonía perfecta para retratar la felicidad eterna.
Desvaríos y todo lo demás también. Por Davo García
Caminar requiere de dos condiciones. Como los buenos gurús afirman, la voluntad y el poder del deseo.
Tú la viste bailando. Yo escribo. Todo sucede de noche y abre un camino, que a la luz del día afirma que ya nada será lo mismo.
Y es que toda acción abre un camino. Ella bailando choca contigo y camina hacia otro punto en su destino. Te arrastra con ella.
Yo escribo de noche, el mundo está más silencioso. El mundo baila también a estas horas, pero en esa danza susurrada, tan sensual como primitiva, crece una planta o cae un deseo fracturado. Ella baila sobre los pedazos, tú la observas desde la barra y no te das cuenta de da la sangre de sus rodillas a sus pies y el destino te sonríe, desde su sonrisa.
Yo estoy en el escenario mientras ella baila. Yo en silencio y tú atronador, saltas sobre el fuego a su alrededor. El camino se ensancha cuando ella te toca, un canal, un cañón horadado y humeante en tu futuro. Yo lo describo en un murmullo iluminado por la televisión.
Ella desea, y al desearte dobla tu voluntad, y entonces ves la sangre a sus pies, y los trozos de noche entre el ruido ensordecedor de las alarmas, que es música interpretada.
Soy yo el que escribe, el que interpreta su danza. Tú recorres la sílaba que lleva a la palabra, ella la boca que pronuncia la frase.
El mundo nunca se detiene, siempre gira elegante. Tú caminas sin saber las condiciones, ella no camina, ella brinca y salta y tú aceptas su beso quemando el silencio y el olvido de caminos que nunca has conocido, y que ya no conocerás.
Escribir es como caminar inmóvil, en silencio, inventando un recuerdo, en el que ella baila y tú observas, giras, marchitas tus máscaras, muerdes su huella, firmas tu bandera blanca.
Luego habrá un destello, algún espejismo en el rabillo del ojo, y una pequeña angustia a lo desconocido, y la noche se acabará con su baile, y a la luz del día ya nada será lo mismo.
Caminar es como bailar, solo requiere de dos condiciones dispuestas a ello.
Si escucho muy atentamente el silencio dormido, también sueño con llegar a comprenderlo.
Davo García
Todos somos seres únicos e incomparables. Y todos tenemos nuestras pasiones y sabemos cómo vivirlas más o menos intensamente.
A veces encuentras a personas que viven su pasión a niveles que sobrepasan lo espiritual o lo sencillamente emocional. En vidas aletargadas y sumisas en que la norma es ser cumplidor y manejable, las personalidades libres irradian luz con una simple sonrisa, y Davo García no para de sonreír.
Músico de profesión, Davo siente en sus dedos la magia de la creación cuando acaricia las cuerdas de sus guitarras. Y se concentra en cada nota de lo que otros han escrito en un pentagrama. Y a veces convierte en palabras la música que tiene en su cabeza, y esas palabras se sienten como música en nuestro intelecto. Y es entonces cuando la creación se deja bañar por su creatividad, por su alto nivel de creatividad.
Yo admiro su talante, su sonrisa indeleble, su arte musical, sus palabras escritas cuando se convierten en Magia.
Las grietas (Sesión fotográfica por Monami)
LLUVIA PÚRPURA
El actor sin acto
Teatro abierto. Mundo abierto. Telón levantado. Y las ocurrencias sin sentido de un individuo arrepentido del papel que ha aceptado, ante la mirada amenazante del director de escena, porque su vida vacía se lo merece. Y como no hay marcha atrás, al pasado continuamente cambiante, se aprende el libreto, para intentar convencerse que su vida tiene una finalidad en el Universo.
Pero el teatro sigue vacío, y quizás nadie acuda, porque las entradas, demasiado caras, no se las puede permitir nadie.
Y los diálogos que tiene que memorizar, tan insulsos que da pereza aprendérselos, no dan sentido al mundo abierto que, segundo a segundo, va clausurando sus puertas de acceso. Y cuando el mundo se apague, no porque no haya luz que lo ilumine, sino porque las escenas repetitivas lo asesinan, él, como todos los otros, los miles de millones de otros, se fundirá en la nada, disgregándose en la mezquindad de los dioses, los directores de la obra desasosegante.
Y el telón bajará para volver a levantarse. Periódicamente. Sin prisa. Sin pausa. Sin remedio.