Va a ser que no me haces caso cada vez que te digo que te quiero. Va a ser que te miro a los ojos cuando me hablas y rehúyes los míos. Va a ser que te toco una mano y la retiras. Va a ser que soy como soy y te burlas de mí o, peor aún, me desprecias. Pero tenme en cuenta cuando no haya nadie que te diga que te quiere, o nadie que te mire a los ojos, o cuando no sientas ninguna caricia en el final de tus días y nadie toque la magia de tus arrugas.
Por ahora voy a seguir contigo. Por ahora voy a seguir mirándote a los ojos cuando te hable. Por ahora voy a respetar tus opiniones, aunque no las comparta. Y no me reiré de ellas, aunque te merezcas mi burla. Y no se me escaparán los ojos hacia tu escote, para demostrarte que admiro tu cerebro. Y aguantaré tus monsergas sobre mi forma de ser, y tus histerias de cómo te arrastran mis ridiculeces ante los demás, haciéndote sentir una profunda vergüenza ajena.
Querida hija: La vida está llena de oportunidades y, aunque creas que la vida se paraliza si no las aprovechas, no es cierto. La vida es un ciclo continuo de oportunidades, de idas y venidas, de gritos de alegría y de sensaciones de ahogo y desesperación. La vida es dejarse llevar y tratar de no limitarse a agradar a los demás. Siempre siendo uno mismo consigo mismo no te traicionas ante los demás, porque no estás interpretando un papel según las circunstancias ni según los interlocutores.
Como siempre eres tú, no cambias el registro y se notará, ante los demás, que no estás fingiendo. Son los demás los que deberían actuar de la misma manera y aceptarte porque actúas, armoniosamente, como ellos. Es por eso que nunca te encontrarás fuera de lugar, estando con quien estés y estando donde estés.
Ese es el truco para no entrar en depresión por no encontrarse arropado por los demás, porque el «abrigo» lo llevas puesto siempre contigo, siendo real, genuina y sincera.
Así comenzó el primer concierto de la Gira Pirómanos de @kitai_oficial .
Fecha histórica para todos los fans.
Algunos saben que me estrené en Instagram para rendir homenaje a esta banda de rock, creando una cuenta llamada @archifandekitai , porque lo que presencié aquel memorable 3 de noviembre marcó parte de mi historia reciente, por todo lo que supuso de confirmación de lo que había estado vaticinando en años anteriores y lo que el devenir de mi relación con ellos me ha fraguado interiormente.
Aquel 3 de noviembre de hace 4 años Kitai entró a formar parte mi historia personal y artística.
¡A por muchos años más, hermanitos!
Con todo mi cariño para Alex @chicorot0, Deiv @deivhook , Edu @eduventuro y Fab @fabioyanes.
Puedes ver el vídeo completo en mi canal de YouTube Archifan de Kitai, creado también exclusivamente para ellos.
La amistad que los unía iba más allá del tiempo y del espacio, como se decían mutuamente cada vez que se separaban. Mientras que estaban juntos, disfrutaban cada segundo de sus risas, de sus barrabasadas, de sus lloros de tristeza, de sus desaires a los que les rodeaban. Se recordaban continuamente la primera vez que se encontraron, que se miraron, que se enzarzaron a manotazos, que los reprendieron en público por su comportamiento, y reían, reían a carcajadas al recordar el momento exacto en que se juraron amistad eterna, fueran cuales fueran los obstáculos en sus vidas, las pruebas a las que les sometieran en sus trayectorias familiares, sociales y profesionales. Y aquel viernes, como todos lo viernes, volverían a jurarse amor incondicional, esperando no olvidarse el uno del otro durante el fin de semana, y que nada ni nadie les distrajera de su objetivo de volver a encontrarse al siguiente lunes, cuando sus respectivos abuelos los entregaran a su cuidador en la puerta de la guardería.
Revolvía, una y otra vez, las piezas de ajedrez al lado derecho del tablero, junto con los trozos del dulce que caían de mi boca.
Visualizaba la composición del juego, que se demoraría hasta que apareciera mi contrincante.
Mezclaba las jerarquías y los dos colores con los dedos juguetones y, con la otra mano, aplastaba mantecado tras mantecado para ser engullido mejor. Pero la punta del bocado chocaba con mis dientes y volvían a caer escombros desde las alturas de mi boca hasta la superficie pulimentada de la mesa a cuadros blancos y negros.
Y cuando la reina blanca iba a ser colocada en su lugar idóneo, la carcajada incontrolable terminaba con la tos atronadora que enviaba los últimos proyectiles de canela y sésamo a la silla vacía que tenía enfrente.
Hasta que apareció el confiado atacante en la contienda lúdica y me retaba con sus mocos absorbidos hasta la garganta.