El mechón rubio tapaba su ojo derecho. Durante un tiempo lo dejó caer sobre ese lado de la cara porque decía que así iba a la moda. Pero se dio cuenta que lo que se llevaba en ese momento era la indiferencia, el egoísmo, la soberbia. De los demás ante ella. De ella ante los demás. Y con su desprecio llegó la decisión de dejar caer todo el flequillo sobre la cara, ocultando ambos ojos, para que cuando los observara a través de la cortina de pelo no vieran su mirada punzante, embajadora del odio que hervía en sus entrañas.
Archivo de la etiqueta: odio
Odio
Una y otra vez la muerte, causada por esa parte de la humanidad que nos hace perder el sentido de la vida, tan maravillosa, tan nulamente valorada por la Maldad intrínseca en nuestra naturaleza.
La fe en el ser humano y la esperanza en que algún día la deshumanidad desaparezca totalmente del espíritu del hombre se tambalean con cada segundo de la permanencia de la especie humana en este planeta.
Somos exterminables, y estamos siendo exterminados por nosotros mismos. Sigamos pues viviendo egoístamente, siendo cómplices de la barbarie que nos llevará a cumplir ese desafortunado destino: El día en el que el equilibrio volverá al Universo.
Guerra de Mundos
De vez en cuando, muy de vez en cuando, prometía acabar con su odio hacia la especie humana. Mientras tanto, la invasión seguiría adelante.
Mutante
Nadie entendía por qué el androide de servicio quebró el cuello a su amo. El odio no estaba incluido en su programación.
Marca
Era inapreciable la marca del odio en mí. La que transformaba la vida del que osaba estar a mi lado. Cuando divagaba con su trascendencia, hundía el ánimo del más cauto, del que se creía seguro en su guarida de felicidad. Y entonces, atacaba. Y solucionaba todos mis problemas. Me aceptaba a mí mismo y me sentía bien por ello. Hasta que volvían a encerrarme. Hasta que, en mi obligada soledad, me volvía a sentir incomprendido.
Cosas de casados
El odio era mutuo, como mutua era su desdicha al odiarse. Mas disfrutaban del momento mutuo de aguantarse, cada día.
Cosas de casados.
¡Saluda!
Saluda al alma, esté donde esté, porque huyó engañada por el odio, antes de que se estableciera el amor.