Aparte de mi parte, ¿qué otra parte quiere usted que aparte cuando, aparte de mi parte, no hay otra parte? Aparte pues, y déjeme estar en mi parte.
Y si no está dispuesto a aportar nada, apóstese a un lado y déjeme impostar la voz de mi quebranto que ya dura tanto, desde que me acusan de impostor.
Y si no busca apoyarme ni molestarme, vaya entonces a su parte de esta ciudad, de este mundo.
Mas no soy impostor, no engaño a nadie. Soy como soy por lo que soy y lo que fui, aquí de pie o tumbado, cuando me tumba el dolor de los pensamientos insanos.
Deje que los demás me traten con buen trato, que de eso se trata: que seamos concordia, donde todos aman y nadie odia. Armonía en todas partes.

Fotografía de Archimaldito