Palabrotéame hasta que diga basta.
Susúrrame palabras sucias para excitarme, palabras necias para incitarme.
Y luego chisquéame para llamarme la atención, ningunéame para liberar mi explosión.
Palabrotéame, que te quitaré la vergüenza y me quitaré la desdicha.
Palabrotéame, que tomaré nota de tus palabras, no de tus palabrotas.