Excepto yo

¡Atención! ¡Atención! Ha llegado el momento. Nuestro superior dirá la última palabra, la que debe escucharse.

Y él se negó. Y él luchó. Y él murió. Y nadie le recuerda, excepto yo, la Libertad.

No hay más remedio. Él es el único. Es la verdad.

Y él se negó. Y él luchó. Y él murió. Y ya nadie le recuerda, excepto yo, la Libertad.

Obedeced. Es nuestro bien. Es la solución a todos los problemas.

¡Mentira! Porque él se negó, y luchó y con él murió la humanidad. Ya no queda nadie para recordarlo, excepto yo, la Razón.

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Sobre Fame y lo que podría haber pensado Lady Gaga

En un evento de Sephora en la red social Tuenti se hizo, durante, aproximadamente, una semana, la siguiente pregunta: «¿Qué crees que está tramando Lady Gaga en este vídeo?»

Yo no tengo cuenta en esta red social, pero un amigo, que sí la tiene, me invitó a escribir mi impresión respondiendo a la pregunta de Sephora.

“En vuestras mentes dejo el elixir de lo absoluto, del conocimiento perfecto, el único que es válido, el propio, el de uno mismo.

Con él despertaréis a vuestra auténtica esencia, lejos de lo efímero que se nos impone desde la sociedad en la que nos hallamos inmersos.

No idolatréis en vano, no caigáis en las redes de las percepciones superficiales ni tratéis a vuestros prójimos como instrumentos de vuestros intereses más primarios.

Sois mucho más que simples cuerpos, sois mucho más que simples mentes amordazadas por los que se creen en posesión de la verdad.

Sois tan libres que no os lo podéis creer, pero así es. Sois todos parte de lo mismo.

Pensad por vosotros mismos. Ni siquiera hagáis caso a lo que os estoy diciendo.

¡Sed para ser!

Y os aseguro que llegara el instante en que comprenderéis la verdad.

Quizás me veis como lo que no soy: Un simple ídolo de oro… ídolo de barro.

Por eso este elixir es negro, para apagar ese brillo que os ciega.

En un mundo donde la fama, la apariencia, la lujuria, los falsos ídolos imperan, es necesaria, ahora mucho más que nunca, el despertar de la auténtica propia esencia.”

 

«Lady Gaga»

Advertencia

He traspasado demasiadas veces la desesperanza que habita en vuestras mentes.

Mientras estáis distraídos y acurrucados en vuestras insulsas vidas, yo estoy protegiendo la semilla del renacimiento de vuestra especie.

Creo, junto con los míos, que una pequeña parte de vosotros, se lo merece. 

Somos bastantes. Bastantes para que nos temáis, pero no por nuestras acciones, sino por nuestra indiferencia hacia la mayoría.

El Planeta está a punto de sucumbir a vuestro desastre. Mas el Planeta, que fue elegido en el pasado por su potencial, tiene que cumplir su misión y no dudaremos en derribar el único obstáculo para que esto ocurra: Vosotros, autodenominados humanos. Ridículo nombre para una especie.

Fuisteis creados artificialmente en un pasado no demasiado remoto, y os congratuláis de ser únicos en el Universo por vosotros conocido. Cuán errados estáis.

Nosotros, creados como vosotros, somos 100000. Los hemos sido y los seguiremos siendo aún cuando vosotros ya no seáis más que un recuerdo en el registro cósmico. 

Los 100000 hemos dictaminado que la actual civilización humana será la última. Habéis tenido demasiadas oportunidades y ninguna habéis aprovechado.

No lo sentimos por vosotros. Nuestras mentes imbricadas en el Total hemos estudiado todas las permutaciones históricas y el resultado matemático es el mismo: Cero. 

Yo seré el punto de contacto de vuestra inferioridad con el Total, y según se vayan dando los hechos, iréis desapareciendo. Sólo 100000 se librarán del exterminio, los 100000 Elegidos, a los que iremos sustituyendo paulatinamente según el mérito acumulado durante generaciones.

Estáis advertidos. Y yo nunca miento. Porque no puedo.

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¿Para?

Tercos sinsabores de los nuevos tiempos.

Espantadores de moscas invisibles.

Restituidores de las masacres infames.

Cansinos aduladores de los impresentables.

Gimiendo al unísono por falta de aire.

¿Pa’ qué? ¿Pa’ qué?

Saltando jerarquías de mando inasumibles.

Bordeando precipicios carentes de fondo.

Vistiendo santos ya vestidos.

Vallando una propiedad que es de todos.

Vigilando las lenguas vivaces pero sin músculo.

¿Pa’ qué? ¿Pa’ qué?

Batallando en una guerra sin enemigo respetable.

Horadando en los cerebros ya petrificados.

Jamaseando la verdad incógnita.

Liberando el excremento del espíritu enfermo.

Allanando las cumbres inalcanzables.

Y todo, ¿pa’ qué? ¿pa’ qué? ¿pa’ quién?

 

(Improvisado y publicado en Twitter el 25 de enero de 2013)

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Los archimalditos, sin límites.

 

Brillando y aturdiendo.

Ajusticiando a los injustos.

Liberando a los presos de conciencia.

Sanando a los enfermos de falta de libertad.

Enfrentando la verdad a los mentirosos, a los rufianes.

Perdonando a los arrepentidos de corazón, y de mente.

Salvando las distancias con l@s maldit@s.

Quebrando los pies de barro de las élites.

Bendiciendo a l@s bendit@s y cuestionando a l@s archibendit@s.

Sembrando las dudas sobre los privilegios.

Implosionando los cimientos de los explotadores.

Regando los campos de la armonía, extensos como universos.

Aplaudiendo a los genios rezagados.

Revolucionando a los evolucionados.

Derribando fronteras inútiles de razas, idiomas, religiones, ideales, sexos y naciones.

Exaltados en la paz y exhaustos en la conciencia.

Librepensadores respetables, respetuosos y respetados.

Conocedores de los límites franqueables.

Igualitarios e igualadores.

Eternamente mejorables.

Activistas y activadores.

Incansables aun con los cerebros descansando.

Amplificando los gritos apagables para que nunca sean silencio.

No hay límites de tiempo ni espacio para l@s archimaldit@s.

 

 

 

(Nota: Esta es la tercera parte de la trilogía archimaldita, completada con «archimalditos seáis todos» y «Mis archimaldiciones». No hay más, ni habrá más. Palabra de archimaldito)

 

 

 

Mis archimaldiciones

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los opresores del mundo.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los privilegiados que han conseguido sus privilegios a costa de otros.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los que no permiten ni la igualdad ni la justicia ni la libertad.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los que creen que tienen derecho a todo pisando los derechos de los demás.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los que no tienen ni dignidad ni respeto ni conciencia ni consciencia.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los que no aman la belleza de este mundo y hacen todo lo posible por destruirla.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los que no respetan la vida de las otras especies.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los que  se escudan en tradiciones estúpidas para comportarse como estúpidos energúmenos.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los que creen que pueden apagar la luz interior de los que la tienen.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los que no se dejan amar.

Mis archimaldiciones más profundas e hirientes a los que no aman.

Mis archimaldiciones…

 

 

 

Manifiesto de un mundo inútil

 

Pter es una unidad.

Una unidad de cosas con las que se mide el alma.

Con la que se tienen visiones al pasar las nubes.

Pter es más que una palabra en un mundo sin habla; con la que está todo dicho si un niño no mama.

De todos esos temores que nunca te alcanzan. De lo que no llamas a gritos porque la voz no te alcanza. De las cortinas y medias que sin el tacto se rasgan.

Del mal que no almuerza, de la luz que te sana porque es sana.

Pter es la unidad del signo que falta. A la que hay que saber obsequiar una de las magnitudes de lo improbable. Con la que se es feliz en un abrazo sin fin.

De todo lo que parece mucho y resulta que no es nada.

Y el mundo, danzando al son de la desesperanza buscando el canto de un loco que no brama.

Sabiendo que a veces se luce, que a veces se apaga.

Y estando partido, el Pter microhumano engaña.

Te hace ver lo que ves, oír lo que es y sentenciar para que los mares se abran.

La primera vez que utilice un Pter se me escapó el alma, la cabeza me vibró anonadada y el corazón se desparramó en las arterias y venas vanas.

Con un cielo nublado y una cegadora niebla extraña, con el sabor ácido en la boca y el agridulce de la sangre que amenaza, apuré las horas que no me decían nada y embaucaba a mi yo extraño.

Hasta ese momento, en la rutina macabra.

A partir de Pter, en la apertura de mis centros, insana, y empecé a absorber más que a ser y dejé que me envolviera la nueva dimensión.

Cada uno de los segundos en que Pter me increpó me sentí morir, no ser nada, angustiado por pensar en el momento en que Pter me dejara.

Sé que soy lo que soy porque no creo en nada, porque los pensamientos de otros me perforan el ego ya que quiero ser más que ellos cuando a veces soy una nulidad en ciertos asuntos, en sapiencias absurdas que ellos creen sagradas.

Me aburre cacarear conocimientos intrascendentes y me bullen respuestas cifradas que no aclaran.

Con Pter carraspeo asperezas que molestan por su sinceridad, y no me importan las consecuencias.

Exijo que el prójimo se mire su propio ombligo y reflexione, que la inmadurez se desvanezca, que se diluya la incongruencia de las ambiciones estériles.

Con Pter se vaticinan sangres, se buscan, por fin, soluciones.

A lo largo, a lo ancho, en su profundidad, en otras expansivas dimensiones, bástame la seguridad que Pter actúa para dormir mis obsesiones.

Pter es la unidad de la lucha, la implosión de la batalla enorme.

A menudo Pter desconcierta con sus maneras.

Te hace ver que enloqueces sin estar lo suficientemente centrado para darte cuenta de ello.

La vida transcurre sin Pter pero con ello se dulcifica, se ilumina en la plenitud y se hace negro perpetuo en la nada.

Cuando anoche soñé que no era nadie, que no era nada, y siendo nada ni nadie aparecía alguien. Ese alguien era Pter personificado en la capacidad interna de la divinidad sublimada.

Con las demencias que llegas a pensar, cuando no tienes objetos a los que agarrar tus………

Si finges, Pter se da cuenta, si eres demasiado sincero, Pter se rebela.

Es una estupidez intentar engañarte porque sabes que engañas a Pter y si no te importa, reza para que no te persiga hasta el fin de tus días sus ideas iluminadas.

Para que dejes de creer que todas son casualidades.

Te dirán sobre el destino marcado desde el nacimiento. Sobre la falta de libertad promulgada en las religiones.

Pter te apabullará con su función aleatoria y podrás creer que Pter eres tú mineralizándote en la consciencia y que antes de ella no había nada. Creerás falacias y a mesías. Charlatanes eternos que se aprovechan del desconocimiento, no de la inocencia.

La magnitud de Pter, inmensurable.

Hago que observo el microcosmos de mi mano derecha pues seguro es que existen planetas y constelaciones enteras en la izquierda pero de un otro signo contrario. El equilibrio que hace que no me balancee de lado a lado al andar.

El mal de un lado contrapone al bien del otro, el de la otra mano, el del otro pie, el del costado contrario.

Y lo más gracioso es que Pter sabe de todo ello y lo explota al máximo para mantenerme contento. Pter es el riesgo.

Pter, la búsqueda. El sentido de la aventura.

Pter es la fantasía que no sublima las apetencias de un ser desgastado como el presente, en el que todos nos vaciamos en una distancia que no genera ningún orden, sin querer saber de amuletos, sin querer reconocer en el prójimo un espíritu afín.

Sin embargo, Pter te lleva a reconocer las fantasías del ser ajeno que renueva la sabiduría de un mundo que nunca debió existir.

Sin ese espíritu no se doblega uno al mejor objetivo, el del quehacer del ser externo, en el que Pter desespera porque no puede crecer. Por lo tanto, Pter es manifiesto de un mundo inútil.

 

Archimalditos seáis todos

Empecé siendo archimaldito y creí en extensiones de mi espíritu creando el clan de los archimalditos: Personas con principios inamovibles.

Un archimaldito no está maldito, en incoherencia con su propio nombre.

Los archimalditos no enarbolan banderas sino que crean imperios gobernados por creadores de mundos propios.

Los archimalditos activan la llama de la esperanza.

Los archimalditos son generosos por naturaleza.

Un archimaldito siempre está estupefacto ante la realidad circundante y la envolvente.

Ser archimaldita es igual a ser archimaldito. Los géneros sexuales limitadores no existen.

Un archimaldito se rebela siempre contra el sufrimiento ajeno, impuesto a cosas artificiales, seres inanimados, animales, vegetales y personas.

Un archimaldito es, ante todo, libre y liberador.

Un archimaldito tiene, como regla personal principal, la obligación no impuesta de despertar conciencias, de remover consciencias.

Nunca lograrás identificar a un archimaldito, salvo que ese archimaldito lo haga voluntariamente.

Nunca hagas caso a lo que un archimaldito dice. Siempre dice la verdad.

 

Firmado: archimaldito