Como de costumbre

1/

Me levanto,

te muevo un poco

y no haces caso,

como de costumbre.

Te cubro

con la sábana azul

y así no tendrás frío,

como de costumbre.

Mi mano

acaricia tu pelo

casi a mi pesar,

como de costumbre.

Pero tú

me das la espalda,

como de costumbre.

2/

Después

me visto rápido

y salgo de la habitación,

como de costumbre. 

Tan solo

bebo el café.

Ya llego tarde,

como de costumbre.

Sin ruido

dejo nuestra casa,

y está todo nublado,

como de costumbre.

Tiemblo de frío,

me subo el cuello,

como de costumbre.

Coro

Como es costumbre,

voy a jugar,

voy a fingir,

a simular.

Como costumbre

te sonreiré,

como costumbre

incluso reiré.

Como de costumbre,

trataré de vivir,

como de costumbre.

3/

Después,

el día pasará

y volveré,

como de costumbre.

Y tú,

que no has vuelto aún,

te voy a extrañar,

como de costumbre.

Estoy solo

y me iré a acostar

en la cama fría,

como de costumbre.

Las lágrimas

las esconderé,

como de costumbre.

Coro

Como es costumbre,

voy a fingir,

voy a jugar,

a simular.

Como de costumbre

Regresarás.

Como de costumbre,

Te esperaré.

Como es costumbre,

me sonreirás.

Sí, como de costumbre.

(Música)

4/

Ambos fingiremos

y haremos el amor,

como de costumbre.

Letra Versión en español de canción “Comme d’habitude”, de Claude François,

por Jesús Fernández de Zayas “Archimaldito.

Esta es la canción adaptada al inglés por Paul Anka para Frank Sinatra, convirtiéndola en el éxito «My Way».

Arte Dramático

En mi juventud quise estudiar Arte Dramático pero mi padre prefirió pagarme estudios universitarios en dos carreras que nunca terminé. 
Mi amor por la interpretación y la música me han llevado, más de treinta años después, a hacer convivir esta vocación con la de escritor literario, en mis apariciones en más de treinta salas de Madrid, realizando uno o dos números musicales acompañados por mi teatralidad cómica, por mi vestuario fuera de normas estéticas, y por mi voz y bailes inesperados, reinterpretando, a mi manera, algunos clásicos de la música moderna, o leyendo poesías o microrrelatos propios en algunos epicentros de la literatura en Madrid.
Aparezco en ellos cuando menos se espera y nadie sabe nunca qué voy a hacer encima del escenario.

Yo, como artista underground, siendo más preartista y postartista que actor, o cantante, o escritor, o rapsoda o performer conocido en el maistream, tengo mis inquietudes y saben los que me han visto, y sufrido, actuando, que publico una pequeñísima parte de todo lo que hago, para no saturar al personal (debido a esa enfermedad que tengo llamada hipercreatividad, de la que no quiero curarme nunca).
Mi profesión no me permite dedicar todo el tiempo que quiero a mi vocación artística, pero no desisto en  vivirla con muchas emociones, por si acaso salta la liebre y me descubre un productor de Hollywood o de Málaga.
Soy Archimaldito.

Modarchimaldita

Belleza

El violín rasgaba el aire con su melancólica tonada.
El piano repiqueteaba, con cada nota grave,  en mi intelecto.
Pero fue la voz de ella la que me recorrió el espinazo con una corriente eléctrica imparable que estalló en chispas invisibles en el frontal de mi cerebro.
Y lloré de alegría, de felicidad inmensa, ante el descubrimiento de la belleza.
Aquella belleza que no podía ver con mis ojos, pero que podía sentir con el corazón.

Nota: Quiero dedicar este texto a todas mis amigas cantantes, que me llenan de felicidad cuando manifiestan, a través de su voz, su Arte y su talento inmenso.

Los mediocres

La mayoría de los artistas musicales, cantantes o instrumentistas, no son nada originales. Puedes escuchar, durante horas, listas de reproducción en Spotify o Tidal, o las recomendaciones de la radio, y solo unos pocos te llaman la atención.
Voces monótonas, instrumentaciones planas, deformaciones digitales de las voces, letras insulsas.
Miles y miles de músicos pasarán por la historia musical siendo nadie.
A veces creo que hay otros que tienen reconocimiento de las masas que no se merecen pero que triunfan por el lavado de coco que supone el machaqueo continuo de los difusores de cultura. Y claro está, porque tienen dinero, o padrinos poderosos o mucha, pero que mucha suerte por estar en el lugar adecuado en el momento adecuado.
Y luego están los genios que nunca serán escuchados globalmente, con pocos oyentes mensuales en las plataformas musicales, con nula difusión de su arte en los medios de comunicación, pero que se merecen mi respeto, mi cariño y mi apoyo, y mi esperanza en que triunfarán como se merecen.

Hace cuatro años yo era un completo desconocido

Hace cuatro años yo era un completo desconocido para los artistas con los que comparto cartel el sábado, día 14 de noviembre de 2020 (dejadme que lo especifique tanto porque para mí es una fecha a recordar para siempre).
Hace cuatro años era un completo desconocido en la escena artística y/o literaria madrileña.
Hace cuatro años era un completo desconocido para mí, no porque no me conociera a mí mismo, sino porque hasta hace cuatro años no había descubierto que seguía viva, dentro de mí, la llama del artista que se había encendido cuando era niño y adolescente.
No he tenido el gusto de coincidir con algunos de los que estaré en este evento, pero dejadme que haga un breve ejercicio de memoria con los que sí he tenido el placer de cruzar caminos.
Rebeca fue la primera. Recuerdo el Micrófono abierto de la Sala Alive, a la que solía acudir para descubrir nuevos talentos y subirme a su escenario con mis amigos de Lakedada o con los Dirty Bones o el gran Dakil. Recuerdo quedarme maravillado por su talento y haberme acercado, tímidamente, para decirle que iba, que va, a llegar muy lejos. Rebeca Soul con su sonrisa eterna y sus inmensas ganas de comerse el mundo.
Por orden cronológico, debo decir que el siguiente fue Miguel Angel Delgado, que ante mi entusiasmo después de su actuación en la misma sala, me regaló su disco de presentación y, pasado el tiempo, volví a coincidir con él  este año en el Micrófono Abierto de Calvario.
Aleatorio ha sido mi hogar literario, y espero pueda seguir siéndolo, y en él descubrí, en la famosa jam poética de los miércoles al irreverentemente genial Jorge Valverde y al, entonces para mí, tímido, Joako Perroverde. Muchas noches de poesía y narrativa, la que yo compartía en la minijam de microficción de los martes, bañada siempre de la sonrisa cálida e inolvidable de Escandar Algeet y la personalidad contundente de Carlos Salem. Después coincidiríamos en la sala hermana de Aleatorio, Alevosía, de la que tengo tan buenos recuerdos y que me llevará a contaros que en Aleatorio escuché a Miriam Martins y en Alevosía empecé a conocerla. La sinceridad de su mirada y sus carcajadas me animaban después de un duro y deprimente día de trabajo. Pero allí estaba ella, para curarme del desasosiego.
Ella y la persona que me impulsó a salir del bucle infinito de la rutina artística y creativa: Alfonso Gardi.
Alfonso me dio la oportunidad de crearme a mí mismo, dejando de lado los pensamientos negativos que me traían el ego y la inseguridad, tanto así que, cuando aún dudaba de mi propia capacidad para solventar la lucha entre mi libertad artística y mi miedo al fracaso, le pedí, en un momento dado, que si consideraba que yo no era artista merecedor de subirme al escenario, no tendría problema en aceptarlo y seguir con mis sueños enfrentándome a la realidad tomando otros caminos. Se sumaba el hándicap de que yo, al no saber tocar ningún instrumento, era el único que cantaba a capela. Y él me contestó (nunca se me borrará de la memoria la imagen de su cara y su sonrisa al decírmelo): “Eso jamás ocurrirá”.
Alfonso me abrieron una puerta, cuyo umbral nunca me atreví a pasar antes, y un mundo de nuevas posibilidades creativas, que yo ya había llevado hacía años en mis vídeos en YouTube y Vine, pero que nunca se habían materializado en el mundo real.
En Alevosía he descubierto a grandes artistas, como Kinfolks, con su destreza y virtuosismo musical, y a Gabriel Vidanauta, con ese humor tan tierno y esa presencia arrolladora.
¿Quién me iba a decir a mí, que tras el Primer Confinamiento, iría por primera vez a Calvario y allí me presentarían en mis actuaciones, Roura y Gabriel, alternándose junto con Miriam?
Todos en una. En una sala donde me he reunido con los amigos virtuales que hice en su micro abierto online por Instagram, donde pude degustar talentos y personalidades creativas tan arrolladoras como el propio Roura, Gabriel, Reich y Max Capiro.
El respeto mutuo, el no enjuiciamiento y la falta absoluta de miedo al qué dirán, me ha hecho , y está haciendo ser feliz, en Calvario y en Búho Real.
Y como esto va en orden cronológico, recuerdo la pregunta: ¿Y tú quién eres? Y la respuesta: Archimadito. ¿Y ése quién es? Y me quedé callado.
Momentos así son los que espero a veces. Porque me reafirman en mi falta de egocentrismo (aunque no lo parezca). Si te preguntas con quién tuve esa conversación y que ahora es un referente en lo que a libertad artística se refiere, él es el único e irrepetible Myjazz.
Y ahora yo… yo en un cartel…. En un escenario… ¡con ellos!
¡Felicidad absoluta!
Gracias a Reich y a Max Capiro por la oportunidad de, como me presentó Max un día, hacer lo que me da la gana.

 

 

 

Pseudocantante

Se filtró la noticia de que iba a sacar un nuevo disco, mucho más impactante, en estilo, que el anterior. Alguien del grupo o de la productora, seguro, se estaba sacando un sueldo extra con esa exclusiva. Por ello, y sin que sirviera de precedente, obligó a su manager a convocar una rueda de prensa, que con el tiempo que tenía para prepararla -casi un mes- sería, con toda seguridad, multitudinaria. Y entonces impactaría al mundo, declarando que era otra, y no ella, quien cantaba en todos los temas, y que así había sido desde el comienzo de su carrera.

-De veras, esos sonidos salen de unas cuerdas vocales orgánicas. Todas las modulaciones, tonos y timbres proceden de una garganta… humana.