Con poco
tengo mucho.
Me prevengo
de no querer más.
Te prevengo
de no pedirte más.
Más más más.
Y si tuviera demasiado
no valoraría lo poco
que te puedo dar
y lo mucho que me ofreces.
Con poco
tengo mucho.
Me prevengo
de no querer más.
Te prevengo
de no pedirte más.
Más más más.
Y si tuviera demasiado
no valoraría lo poco
que te puedo dar
y lo mucho que me ofreces.
Temblar para dejarse acariciar.
Acariciar para hacer temblar.
Siempre con los ojos cerrados,
si hay luz.
Siempre con los ojos fijos en un punto,
si está oscuro.
Notando cómo me atropella tu calor.
Atropellando tus oídos con mis susurros.
Sudando y temblando al unísono.
Con un único sonido en tu garganta.
Incomprensible pero cierto.
Proveniente de eso que llaman Amor.
Siento tener que tenerte.
Tengo que sentir sentirte.
Y la desdicha es dicha.
Teniéndote me basta.
Bástame tenerte.
Sí, siempre, así, sí.
Y si no es así…
Voy a viajar por el mundo creyendo que hay mundo y que no me lo han robado junto con los sueños.
Voy a trasladarme de un sitio a otro con el pensamiento, sin escalas.
Sin equipajes que me anclen, sin desesperación, sin conformismo, sin engaños.
Convencido de tener un destino que no es el vacío en el que navegan otros sin rumbo.
Sin que nadie me acompañe, porque así no hay desencantos.
Dejándome llevar por el viento de las ideas, sin dejar que cicatricen en mi cerebro.
Sin amedrentarme ante el fulgor de las estrellas, porque éste es siempre pasajero.
Enviando las señales de humo que son mis palabras, las cantadas y las susurradas.
Anhelando encontrarte para no sentirme perdido.
Voy a viajar por el mundo, antes de que tu mundo no viaje por mí.