Como de costumbre

1/

Me levanto,

te muevo un poco

y no haces caso,

como de costumbre.

Te cubro

con la sábana azul

y así no tendrás frío,

como de costumbre.

Mi mano

acaricia tu pelo

casi a mi pesar,

como de costumbre.

Pero tú

me das la espalda,

como de costumbre.

2/

Después

me visto rápido

y salgo de la habitación,

como de costumbre. 

Tan solo

bebo el café.

Ya llego tarde,

como de costumbre.

Sin ruido

dejo nuestra casa,

y está todo nublado,

como de costumbre.

Tiemblo de frío,

me subo el cuello,

como de costumbre.

Coro

Como es costumbre,

voy a jugar,

voy a fingir,

a simular.

Como costumbre

te sonreiré,

como costumbre

incluso reiré.

Como de costumbre,

trataré de vivir,

como de costumbre.

3/

Después,

el día pasará

y volveré,

como de costumbre.

Y tú,

que no has vuelto aún,

te voy a extrañar,

como de costumbre.

Estoy solo

y me iré a acostar

en la cama fría,

como de costumbre.

Las lágrimas

las esconderé,

como de costumbre.

Coro

Como es costumbre,

voy a fingir,

voy a jugar,

a simular.

Como de costumbre

Regresarás.

Como de costumbre,

Te esperaré.

Como es costumbre,

me sonreirás.

Sí, como de costumbre.

(Música)

4/

Ambos fingiremos

y haremos el amor,

como de costumbre.

Letra Versión en español de canción “Comme d’habitude”, de Claude François,

por Jesús Fernández de Zayas “Archimaldito.

Esta es la canción adaptada al inglés por Paul Anka para Frank Sinatra, convirtiéndola en el éxito «My Way».

Cervantes, Quijote y Sancho

Estoy de paso en la gran ciudad, donde todos miran hacia abajo, pero no hacia el suelo sino hacia la pantalla del teléfono móvil que tienen entre sus manos.
En el suburbano, aquí llamado Metro, donde me tengo que desplazar hasta mi destino, donde me encontraré con un amigo de la época del instituto, todos están como hipnotizados andando por los andenes, subiendo y bajando escaleras, dentro de los vagones, sentados o de pie, sin despegar la vista de su pantallita, aislados también del entorno con los auriculares que todos llevan. Me siento como si fuera un extraterrestre recién llegado a un nuevo planeta. Una señora muy mayor casi me arrolla hace un rato cuando no se ha dado cuenta de que yo estaba dentro del vagón, agarrado a la barra de sujeción, porque pretendía llegar hasta los asientos, pero sin levantar la vista, en ningún momento, para mirar lo que la rodeaba. Pero no ha conseguido sentarse porque los jóvenes, que deberían haberla cedido el asiento, no se han percatado de su presencia al estar ensimismados en las redes sociales a cuya ventana se asoman desde su dispositivo móvil.
Es como si todos fueran zombis. Menos mal que ya me faltan pocas paradas para llegar a Plaza de España.
Miro mi reloj de pulsera y soy, por una vez, puntual, y ya estoy saliendo al exterior para dirigirme al Monumento a Cervantes.
-¿Por qué no levantan la vista y contemplan el inconmensurable Edificio España?- le pregunto a Don Quijote, como si esperara respuesta de la estatua, imaginándome que Sancho me responde, con su desparpajo, a su vez con otra pregunta.
-¿No se percata, noble señor, que estoy aquí, con mi hidalgo, para vigilar que Madrid no desaparezca y que los viandantes no sean abducidos por la desesperanza?
Y cerca, por fin, escucho el ritmo de una guitarra, que pareciera acompañar a sus imaginadas palabras.
Un músico ambulante está haciendo que se acerquen personas a contemplar su interpretación, y que levanten la vista y observen el maravilloso azul del cielo mientras corean, tímidamente, el archifamoso «Pongamos que hablo de Madrid».

Jerjes El Grande, fundador y líder del grupo Drunk In Palace.
(Fotomontaje por Archimaldito).

Nota: Parte de este microrrelato está inspirando en el trovador funkyurbano Jerjes El Grande, genio musical y luthier inventor.

Formidable

¡Formidable, fooormidable!

Tú eras formidable, yo era un miserable.

Fuimos formidables.

¡Formidable!

Tú eras formidable, yo era un miserable.

Fuimos formidables.

¡Oh, bebé!

Yo te encontré

y te vacilé.

No quise molestar,

solo quise ligar

y la cagué ¡joder!

Pero lo voy a arreglar.

¡Eh, verdad!

Me lo voy a currar.

Sé que te insulté.

Pero soy cortés.

Me arrodillaré.

Un pobre diablo como yo,

no quiero ser un rufián.

Me arrepentiré.

¡Vete!

¡Formidable, fooormidable!

Tú eras formidable, yo era un miserable.

Fuimos formidables.

¡Formidable!

Tú eras formidable, yo era un miserable.

Fuimos formidables.

¡Oh! Mi amor lo guardé

en mi corazón.

De tu boda pasé

y no te quise ver.

Pero el karma hablará,

y él te dejará.

Y esta vez de verdad.

¿Le hablaste de mí?

¿De cómo te enamoré?

Le dijiste que perdí,

que no lo arreglé.

Y es así, sí o sí.

¡Vuelve ya de una vez!

Él es otra historia más.

Y tu sonrisa de burla veré.

Así es.

¡Formidable, fooormidable!

Tú eras formidable, yo era un miserable.

Fuimos formidables.

¡Formidable!

Tú eras formidable, yo era un miserable.

Fuimos formidables.

¡Eh! Perdí.

¡Oh, perdón! Perdió.

Lo vi venir.

Siempre quieres tener la razón.

Tú eres toda emoción.

Yo soy solo pasión.

Soy un ratón, Mamá.

Y ella una gata con rabia

que nunca se sacia,

que se aprovecha de todos,

que cree saber todo

y que no sabe nada de nada.

Y de eso no me extraño.

¡Banda de macacos!

Ella me volverá a besar.

Ella es…

¡Formidable, fooormidable!

Tú eras formidable, yo era un miserable.

Fuimos formidables.

¡Formidable!

Tú eras formidable, yo era un miserable.

Fuimos formidables.

Letra Versión en Español de canción Formidable, de Stromae,

por Jesús Fernández de Zayas «Archimaldito«

Imagen de Nicolas DEBRAY en Pixabay