Eliminación de la Violencia Contra la Mujer

Cuando te colocas, bien sentadito, ante el papel en blanco, en un entorno controlado como lo es tu casa, crees que el único miedo que tienes que desechar es el que te da la falta de inspiración, de ideas, o de tener demasiadas, tantas que no puedes ordenarlas ni plasmar nada con algún sentido frente a tus ojos.
Y no ha sido diferente en esta ocasión. Cuando quieres participar en el Micro Abierto por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, piensas o que no tienes nada que aportar, porque ya está dicho todo, o que eres el menos indicado para hacerlo porque has claudicado ante la sociedad patriarcal y sus mecanismos de presión y de manejo de conciencia, que permites cada día para seguir sobreviviendo de una manera egoísta, como no podría ser de otro modo.
Y el folio en blanco continúa impoluto de una manera estúpida porque caes en la cuenta que tienes tantos ejemplos de violencia contra la mujer que da auténtica vergüenza que no hayas hecho nunca nada para evitarla.
Pero peor es no decir cuándo sí la has evitado, como aquella vez que saliste corriendo de un vagón de Metro para avisar al conductor de que un hombre estaba pegando a una mujer en tu vagón, mientras todos los demás pasajeros miraban, sin hacer ni decir nada, y le clamabas que llamara a Seguridad.
Como aquella vez en la que, antes de subirte al escenario de una sala en la que eres asiduo cantante, viste cómo dos hombres lamían los brazos y hombros de una mujer paralizada, y pediste al encargado que llamara a la policía porque si no, la llamabas tú.
Como cuando ves y escuchas en conferencias y congresos, en los que participas profesionalmente, cómo los hombres utilizan a las mujeres como armas de guerra ante el enemigo, arrasando poblaciones enteras con violaciones en serie.
Y la violencia más sutil y aceptada que es llamar a tu pareja con un «mi mujer», «mi esposa», mi, mi, mi.
Y escuchar a aquellos que se creen con la suficiente confianza para contarte que se «van de putas» y están orgullosos de ello. Estando claro que esa será la última vez que te juntes con ellos.
Y dejas siempre claro que apoyas la abolición de la prostitución, y que luchas contra tu pornoadiccion del pasado.
Aún así, sigues preguntándote qué puedes hacer para acabar con esa lacra, y, sobre todo, para luchar contra las mentes cerradas, ilusas, desinformadas, egoístas, que piensan que no existe la violencia contra la mujer.
Y hoy otra vez, otra enésima vez, no hay excusa.
No hay papel en blanco, virtual o físico, que me impida manifestarme ante todos vosotros y, sobre todo, ante mí mismo.


Texto leído el 24 de noviembre de 2024 en la Plaza del Ayuntamiento de Aranjuez en el Micro Abierto por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, organizado por la Asociación Cultural La Brecha.

Cinco dedos

Tus cinco dedos abiertos que van a marcar mi rostro con tu odio. Aunque lo enmascares con algo que dices que es amor.

Y cuando el paso del tiempo borre las huellas de tu insulto, éste quedará indeleble en mi corazón.

Cierro los ojos y aguanto la embestida de mis lágrimas, para que me veas fuerte, para que creas que no me importa.

Y luego volverás, como siempre, a pedirme perdón.

Y tendré que claudicar, autoconvenciéndome de que mi amor curará las heridas, insuflándome ánimos con la esperanza de que algún día cambiarás.

Consolándome, porque creo que nunca llegarás a matarme.

 

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016

016

 

Hoy, día 25, como cada día 25 de cada mes, es el Día Naranja, establecido por la ONU Contra la Violencia hacia las Mujeres y las Niñas.
Yo me uno a este día, con este microrrelato, escrito con letras naranjas.
El 016 es el teléfono de información y asesoramiento jurídico en materia de violencia de género. Puedes llamar desde cualquier sitio porque las llamadas que hagas a este número no dejarán ningún rastro en la factura del teléfono.