A veces pensar cansa.
A veces no pensar libera.
Pero siempre hay alguien pensando.
Y si tú no lo haces, esa persona lo hará por ti.
Y entonces tú dejarás de ser tú para ser ellos, otro más de los ellos, los siempre prescindibles.
Por eso, si te cansas de pensar, respira, relájate, desconecta tu mente un segundo, pero no dejes de hacerlo.
Porque no pensar no libera.
Porque no ser libre es no ser.