Buenamente guapamente demente. Y nada arrepentido por ser una condición irreversible de mi naturaleza. Con implosiones de conocimiento. Con explosiones de creatividad. Algunas veces con el ánimo por el suelo pero, las más, con la mente más allá de las nubes. Visualizando la magia extrema de la creación cósmica. Trazando líneas imaginarias entre mis infinitos puntos de lucidez. Y actuando. Siempre actuando con golpes continuos de misericordia hacia el mundo egoísta en que me ha tocado vivir. Lleno de habitantes cuerdos. De gentes hipnotizadas con los reflejos escasos de una libertad inexistente.
Y yo soy el loco…
(Fotografía: sofamonkez)