Me han ordenado que no sienta. Me han dicho que hacerlo es un esfuerzo inútil. Que es algo fútil en una existencia humana. Que reblandece las convicciones y empeora la dinámica de la supervivencia. Que atañe a los más débiles y eclipsa a los más osados.
Y están creyendo que atiendo a sus razones. Que me comporto como una marioneta. Que deduzco como un peón.
Y se equivocan. Porque quizás aparente endurecerme en esa falta insana de sentimientos. Porque quizás aparente ser un cascarón vacío sin alma, sin espíritu y sin remedio.
Y es que solo vivo para hacerte feliz.