– ¡No me has dejado ver cómo mi padre…
Su abuelo le sonrió a la vez que hincaba su rodilla sobre el frío suelo, para que el niño no tuviera que forzar el cuello para hablarle.
-… se transformaba en nova!
Antes de que otros reclamaran la atención de Insavik, le susurró al oído:
-Una nueva estrella hay colgada en el firmamento. Pero no es tu padre, hijo. Tú debes ser la nueva Luz.
(Dedicado a mi hijo, Iván Fernández Claudet,
Nova en el Firmamento de los Artistas)