Señorita Culpa: Ha vuelto usted a distorsionarme, a hacerme ver una parte de mí que no conocía. Ha vuelto a incidir en mi papel en el entramado del ciclo de la muerte. Pero, se lo ruego, no me haga sentir mal.
Es cierto que hoy he vuelto a resucitar pero, la verdad, ya me estoy hartando de volver a la vida cada vez que se me necesita.
Y usted sabe que llegará el momento en que no me sienta culpable ni decepcionado por no poder hacerlo.
Creo que ya me he ganado el derecho a descansar en paz eternamente.