Esperando el momento

 

Más allá de su estética patética, más allá de su reprochable falta de principios, estaba su afición a dejarse acariciar la incipiente joroba, vibrando con los rumores malignos de sus seguidores, todos traidores, que estaban esperando pasar de víctimas de su onanismo a ejecutores de la justicia poética.

 

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