Localizaba a sus presas. Las acorralaba. Las embaucaba. Las llevaba a su territorio. Las amaba. Y, cuando las soltaba, pedía su teléfono, pues prometía volver a cazarlas.
Localizaba a sus presas. Las acorralaba. Las embaucaba. Las llevaba a su territorio. Las amaba. Y, cuando las soltaba, pedía su teléfono, pues prometía volver a cazarlas.