Dos cucharadas de sirope de fresa, una cucharada de aceite de oliva virgen, una pizca de sal, tres suspiros de menta y un instante de lujuria, y creo que este ungüento funcionará, bien repartidito por tus partes más sensibles.
Sólo cierra los ojos y déjate hacer.
Que cuando cierre el horno, sentirás otro tipo bien diferente de calor.