Cuando contabilizó cada ciudadano, catalogó cientos comunicándose contracorriente, con cerebros cercenados, colapsados. Consternado contempló culparlos, castigarlos.
Pero propuso perseguirlos, paralizarlos, para poder ponderar pruebas para perdonarlos.
Sopesó su sentencia. Sería sabia. Sondearía soluciones, sin sacrificarlos.
Curaría cada cicatriz con constancia, con certeza. Combinaría cambios cosmológicos, como cuando cambiaba civilizaciones.
Validaría voluntades vibrantes venciendo vicios vacuos.
Uniría, urdiendo un Universo único.
Así ansió ampararlos, así ansió amarlos.

Photo by CJLUC from FreeImages