Agazapado, en la oscuridad, acechante. Mentalizándose. Preparándose ante la expectativa del rechazo de su próxima víctima. Y del posterior perdón de la vida. Y del suspenso en la materia, la que se impartía en aquella asignatura. Y tras el enésimo fracaso, la expulsión. Su merecida expulsión de la escuela de asesinos en serie.