Contra la no humanidad

En pleno siglo 21, la capacidad cognoscitiva del ser humano parece quedarse estancada en la observación de lo superficial. En pleno siglo 21, y como si de un ciclo periódico se tratara, el ser humano vuelve a caer en el error de diferenciar a los integrantes de su propia especie, no por sus logros en beneficio de los demás, no por encontrar una forma de vivencia y supervivencia que quede plasmada en el genoma de las generaciones venideras para que lleguen a la armonía, que ahora no tenemos, con el resto de los habitantes animales, vegetales y minerales del planeta Tierra, sino en base al sexo o género con el que nacieron, sino en base al aspecto físico visible que hace diferenciarlos en categorías raciales, sino en base a cómo transmiten el amor físico y sentimental al resto de sus congéneres.
La evolución se estanca y, de vez en cuando, la Naturaleza nos envía señales de aviso en forma de cataclismos o pandemias.
Yo, personalmente, no entiendo que el ser humano se obceque en detenerse en una fase de involución perenne, y por ello no entiendo por qué existen las diferencias provocadas por mentes retrógradas que provocan el desasosiego continuo en una especie que no quiere extinguirse. Ahora toca oprimir por motivos de raza.
Yo, cuando observo a un ser humano veo a un ser humano con sus miedos y alegrías, con sus instintos y sus creatividades, con sus sueños y esperanzas.
Nunca he creído en la palabra «negro» o «amarillo» o «gitano». Solo creo en ella, o en él,  y nada más. Todas las vidas son importantes.
Y me parece una depravación el racismo, como me parece una depravación el machismo o la homofobia.
Me he criado leyendo, viendo y escuchando a grandes seres humanos, y nunca me he fijado si eran negros, blancos o azules.
En la foto, de Mark Seliger, aparece uno de los más grandes actores que ha dado el mundo del espectáculo. En mi vida, grandes compositores y cantantes «afroamericanos» me han ayudado a ser lo que soy, y nunca he pensado en el color de su piel sino en el funcionamiento de su mente, en la maravilla de su creatividad. Y eran, y son, «negros». ¿De veras crees que has venido a este mundo para odiar a los que no son como tú?

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s