Aún no se ha fracasado. Aún hay esperanzas. Aún, todos a una. Aunándonos. Alzándonos.
Cuando te precipitas por un pozo invisible en el cual era imposible caer. Cuando te sumes en un diccionario en el cual las únicas palabras que aparecen resultan sombrías, y tan solo eres capaz de encontrar sinónimos de vocablos que nunca te gustaron, una hueste de soldados cuyos nombres comienzan inexorablemente por el cruel prefijo des- tales como desazón, desesperanza, desesperación, desmoralización, desánimo… Cuando la depresión te gana la batalla en cualquiera de sus vertientes, con su avanzadilla como estado anímico o su colonización como patología diagnosticada, habiendo capitulado ante la misma antes siquiera de concebir levantarte en armas contra ella. Cuando solo hay oscuridad, una eterna caída hacia ninguna parte; solo hay una persona que ni siquiera es capaz de captar ninguna imagen que no sea un abismo en tinieblas, con un silencio monocorde como único sonido en el mundo.
Eso es hundimiento.
Cuando al despegar los párpados por…
Ver la entrada original 1.096 palabras más