Desde el otro lado de la montaña...
Antes de empezar con este post, le busqué el título y pensaba en ponerle Tatuajes del Alma pero me pareció un título exótico cuando el contenido abarca poca historia, pero en fin, ahí está.
Notas acordadas y nuestros encuentros parecen no tener sentido cuando la rutina se interpone, y luego, nos apartamos de la verdad que no queremos escuchar. Pero como lo siento, cuando no podemos salir a dar la vuelta lejos del mismo destino. Cuando apenas acertamos en encontrarnos a la misma hora, en cada tarde, de vernos tan solo en la esquina de su casa. Siento tanto incomodar los momentos que debieran ser una felicidad.
Los recuerdos fluyen a su modo, por eso alma mía; aguanta todo el mal que te cae encima aunque no lo provocamos, cuando las tardes frías te congelen solo resiste.
…y así seguimos, entre juegos desordenados, cuando por reproches sé que lloras…
Ver la entrada original 114 palabras más